Guía para la toma de decisiones

“Si deseas que ocurra algo, debes asumir una actitud proactiva y dar los pasos que sean necesarios para que ese deseo se convierta en realidad.”

Un día más, multitud de opciones, infinidad de posibilidades, y tú tan agonía como siempre no te terminas de decidir, no quieres tomar un solo camino, tampoco los quieres todos, quieres los pros y evitar los contras, vives en un “sí, pero no” continuo y cuando te cansas cambias al “no, pero sí”, sigues estancado entre dos paredes, ni avanzas ni retrocedes, porque y si… te equivocas, y si… no haces lo correcto, y si… pierdes más de lo que ganas, y si…

 y no ves que esto ya es una decisión, que ya estas escogiendo una opción, la de no moverte, la de no continuar, la de permanecer inmóvil, la de quedarte inerte, te conviertes en un procrastinador,  esperando que algún estímulo externo te haga reaccionar, que pase algo o alguien que decida por ti, y vas retrasando el momento de elegir, sin ver que ya estas cogiendo un camino sin salida , te diriges hacia un laberinto del que cada vez será más difícil salir.

Estas siendo de los que ve el vaso medio vacío, solo ves que si elijes tendrás que descartar, tendrás que renunciar a cosas y perder algunas oportunidades.

Los que ven el vaso medio lleno ven la oportunidad de conseguir algo, no ven lo que dejan, se centran en lo que ganan.

¿Y ahora cuál de ellos lleva razón? O ninguno o los dos, es verdad que el vaso está vacío pero también lleno y por otro lado, el vaso no está lleno… ni vacío.

Los dos se equivocan en los mismo, solo ven una parte pero no el conjunto, como si sufrieran una “hemiplejia emocional”, por tanto, desde su perspectiva ambos llevan razón, viéndola en conjunto, ninguno.

Intentemos ser realistas, con cualquier opción voy a ganar y voy a perder, lo grande sería escoger sabiendo lo que perdemos, aceptando que vamos a renunciar a cosas buenas pero nos merece la pena porque conseguiremos otras mejores.

Decide, vas a perder, pero valdrá la pena por lo que vas a ganar.

Recursos para la toma de decisiones

Esta semana te propongo varias ideas y dinámicas para ayudarte en la toma de decisiones. Como primera opción vamos a crear una matriz decisional. Es cómo la versión Premium de la típica lista de pros y contras.

Una matriz de decisión es una cuadrícula en la que enumeramos, en un eje, los criterios de decisión (por ejemplo, criterios económicos, temporales, espaciales,…) y, en el otro, las opciones disponibles. Al cruzar las variables podemos visualizar los posibles resultados de nuestras decisiones de forma esquemática. Una vez completada, asigna una puntuación a cada criterio y a cada opción. Esta operación nos obliga a encontrar las prioridades ocultas en la decisión que se debe tomar y también a comprender cuál es el peor escenario que podemos enfrentar y que, por lo tanto, podemos evitar.

Una vez que encontramos el valor correcto para cada fila y columna de nuestra matriz, es solo cuestión de multiplicar los números dentro de cada «intersección». Por lo tanto, la decisión se vuelve más clara: el criterio con una puntuación más alta es el ganador.

Otra idea es proyectarte en el futuro, imagínate cumpliendo tu meta y ahora divide el camino en los diferentes pasos y decisiones que debes tomar para llegar a esa meta, desde el más lejano al más cercano en el tiempo. Es hacer el camino de vuelta, desde tu meta “inalcanzable” hasta hoy. Esta técnica ayuda a clarificar también tus objetivos, ver los pasos te ayuda a esclarecer la decisión más inmediata que debes tomar.

Otra idea es probar a responder a las siguientes preguntas, no vale solo pensarlo, escribe tus respuestas:

  • ¿Cómo sería la situación ideal?
  • ¿Qué te impide llegar a tu situación ideal?
  • ¿Cómo sería la peor situación?
  • ¿Qué tienes que hacer para evitarla?
  • ¿Puedes imaginar una situación realista?
  • ¿Cuál sería un primer paso?

Esperamos que estas ideas te ayuden a clarificar la situación y a tomar la decisión oportuna, si no es así quizás es que te compensa no decidir y eso ya es una decisión, ahora toca ser consecuente.

No queremos dar una visión simplista del proceso de toma de decisión, no siempre es tan sencillo, hay decisiones que conllevan un gran impacto. Otras veces esta dificultad casi forma parte de la persona y le afecta en varios planos de su vida. En estos casos lo mejor es buscar ayuda y apoyo. Una guía que te pueda acompañar en el proceso. Iniciar un proceso de terapia puede ser la respuesta a tantas dudas. En ese espacio la persona encuentra nuevas vías de resolución, nuevas visiones de sí mismo y respuestas a su forma particular de ver la realidad. Esto le hace más libre, más responsable y más consciente del camino que quiere escoger, esto impulsa la toma de decisiones libre de remordimientos y con una mirada de confianza en el futuro.

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