Lo primero de todo es que tienes que tener en cuenta que el temor, al igual que la nueva situación a la que nos enfrentamos, no va a desaparecer en cuestión de días. Será un proceso gradual y lento. Tu mejor herramienta ahora es la paciencia. Para superar el miedo es importante que entiendas que es un proceso y no existen fórmulas mágicas que sirvan para todos, en estas líneas recojo unas pautas generales pero lo ideal es que cada uno lo adapte en función de su necesidad, no todo vale para todos. Por esto, para superar el miedo a volver a salir debes marcar y respetar tu propio ritmo. A continuación encontraras algunos pasos clave que te van a permitir trazar tu propio plan de afrontamiento.

Normaliza lo que sientes. Estamos en una situación nueva y lo desconocido siempre genera cierto temor, ese miedo nos permite estar en alerta ante posibles peligros en una situación que no conocemos y nos ayuda a protegernos. Cuando esta protección nos limita y aísla es cuando deja de ser adaptativo. Hay un desencadenante claro y objetivo para lo que sientes, no es extraño que ahora sientas miedo. El primer paso es aceptarlo y comprenderlo.

Comparte tu vivencia.Habla con tus amigos y familiares, el poder expresar lo que sentimos, alivia y nos permite verlo desde otra perspectiva. También te puede servir escuchar a otras personas y conocer cómo lo están viviendo ellos, cuáles son tus temores o cómo los afrontan.

El contar con el apoyo de tu entorno es importante pero la clave está en ti. No sirve que te machaques por sentir lo que sientes, esa actitud probablemente retrase la superación de tus temores, imagina qué le dirías a una persona que se siente como tú, ¿cómo puedes ayudarla? ¿Qué crees que necesita escuchar? Prueba a escribirlo a modo de carta.

Desarrollar la compasión hacia uno mismo es imprescindible para ayudarnos y ser nuestro propio impulso a superar la situación. La autocompasión no es justificarnos y paralizarnos en el miedo. La compasión es darnos apoyo y comprensión para animarnos a dar el siguiente paso:

Bordea los límites de tu zona de confort. Y esto es enfrentarte de manera gradual a eso que tememos. Como te decía al principio no se trata de tener que superarlo todo en un día. La clave es cada día hacer un poquito más que el día anterior. No se trata de exponernos en exceso y aumentar los niveles de ansiedad y en consecuencia reforzar nuestro miedo, se trata de poco a poco hacer cosas que tememos pero que refuerzan nuestra sensación de control, es plantarle cara al miedo y demostrarnos que podemos manejarlo. Por ejemplo, el primer día tu objetivo puede ser salir a la puerta de casa, simplemente asomarte 5 minutos, observa qué ocurre fuera, las personas que pasean, al día siguiente puedes probar a estar más tiempo o a pasear hasta la esquina. Los diferentes pasos dependerán de cada uno y de sus temores, habrá personas que el primer reto sea ir a tirar la basura y otras que en el primer día acudan a un negocio. La clave está en que cada uno siga su ritmo.

El propio medidor de cuál es tu límite eres tú, conecta con lo que vas sintiendo en cada momento permítete experimentar la tensión y ten presente que puedes volver a casa en el momento que decidas. Quizás este es el paso más difícil de todos, requiere exigencia, esfuerzo y constancia. Puede serte útil el escribirte los diferentes retos y pasos que vas a hacer a lo largo de la semana, y a la vuelta escribir lo que has sentido, si lo has conseguido o si al día siguiente tienes que retomar desde el mismo punto.

Si el temor se prolonga en el tiempo o aumenta su intensidad de modo que te afecta en diversas esferas de tu día a día es el momento de plantearte la opción de pedir ayuda profesional, ponerte en contacto con un psicólogo que pueda acompañarte en el proceso, darte pautas más adaptadas a tu situación y ayudarte a desarrollar estrategias.

Espero que estas breves claves te ayuden y te den pistas de cómo crear tu propio plan de afrontamiento, me encantaría conocer cómo te ha ido o qué dificultades encuentras. Puedes dejar tu experiencia en los comentarios o contacta conmigo en redes si necesitas un acompañamiento más cercano.

 

Cuando el miedo que nos protege nos aísla, nuestra zona de confort se convierte en nuestra propia jaula.  

 

 

 

 

Entradas recomendadas

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *